En el liderazgo democrático, el Caporal es quien tiende a involucrar a los integrantes de su baile, aquellos que no tienen injerencia en la toma de decisiones. Además, es él quien los alienta a que participen a la hora de decidir acerca de las actividades, objetivos, citaciones, etc.
Sin embargo, debemos destacar que es él quien toma también la última decisión o quien tiene la última palabra en la misma. Ello no quiere decir que tome las decisiones unilateralmente o sin tener en cuenta al resto del equipo.
De este modo, tiende a invitar a los demás a que participen en la toma de decisiones, lo que hace que los miembros desarrollen sus capacidades y habilidades, se sientan parte del equipo y estén más satisfechos en el trabajo.
Al sentirse parte del grupo, los miembros del baile trabajan más duro. Es un tipo de liderazgo que, al tomar en cuenta a todos los miembros, puede llevar más tiempo, sin embargo, se logran grandes resultados.
Si es necesario un trabajo en equipo y se necesita la calidad por encima de todo, este es un estilo ideal. El líder participativo utiliza la consulta a los miembros del equipo a la hora de delegar.
Ello no significa que delegue las decisiones en otros, pero sí que escucha otras ideas y en la medida en que es posible, acepta contribuciones ajenas.
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